Testimonios
“Hogar Cuna San Cristóbal fue la diferencia en nuestro proceso de adopción. El tener un entendimiento amplio sobre los diferentes tipos de adopción nos permitió visualizar el tipo de compromiso que queríamos hacer con nuestro niño/a.
Fuimos bendecidos por una entrega voluntaria y con el privilegio de poder tener una relación con la familia biológica de nuestra bebé, a través de la opción de adopción semiabierta. Tener las respuestas para personal clínico, por ejemplo “¿Hubo alguna complicación en el parto, hay algún sordo, Papá o Mamá tuvieron problemas del habla?” Y que con un texto poder brindar la información correcta para esa evaluación, no tiene precio. Es un estresor menos para nosotros como papas y una oportunidad de conocer la familia de nuestro bebe y mantener una relación saludable que en un futuro le permita a nuestro bebe relacionarse con su familia biológica y que conozca su historia. Este modelo de adopción para mí es perfecto, lo veo como un “win, win, win “para bebe, familia biológica y familia adoptiva.”
Wilberto Martínez y Nair Rosario
Hace casi 6 años, luego de una larga espera, recibimos una llamada del Hogar Cuna San Cristóbal, dándonos la gran noticia que había una linda persona que nos quería conocer. Fue tan grande la alegría que mi esposo y yo sentimos, que contábamos las horas y los minutos para el encuentro. Así fue como recibimos a nuestra familia un hermoso niño que fue entregado voluntariamente al Hogar Cuna San Cristóbal por su madre biológica justo después de nacer. Creo que ese acto es lo mejor que una madre o padre puede hacer si se ve en la necesidad de ello o si por alguna razón entiende que no podrá cuidar del menor o no tendrá el apoyo de la familia o la capacidad económica para criarlo. Si esta madre no hubiese pensado en la entrega voluntaria y, por el contrario, hubiera decidido abortarlo o abandonarlo, Julián no estaría en nuestra familia hoy día.
Rápidamente que lo vimos nos enamoramos de sus gestos, de sus ojos y de su ternura. Con apenas un mes de nacido lo cargamos en nuestros brazos, lo abrazamos y de inmediato nos brindó una sonrisa maravillosa, en instantes las lágrimas comenzaron a bajar por nuestras mejillas. Hicimos “click” al instante, se sintió tan nuestro desde el primer abrazo que ese momento lo llevamos grabado en nuestros corazones.
Apenas recibimos la llamada, contamos a todos la noticia, y todo fue de fiestas y alegrías, nuestras familias acogieron a Julián con mucho amor y cariño. Julián, quien pronto va a cumplir sus 6 añitos, nació del corazón, antes de que llegara al mundo, era muy anhelado, y desde el primer día que lo vimos supimos que iba a ser nuestro niño. Y Dios es tan grande y misericordioso que meses después nos bendijo con un hijo propio. Estamos eternamente agradecidos con Dios Nuestro Señor y con el Hogar por ser piezas clave en nuestro proceso y en el de muchos otros padres que, como nosotros, han logrado cumplir su sueño de recibir en sus hogares a estos niños que tanto necesitan de un hogar y una familia que los ame.
Fam. Ruiz Cruz